Coaching
€150,00
Aquí es donde puedes comprar el pack de seis sesiones de coaching que te dará acceso al mejor club del mundo: el de las mujeres Felizmente divorciadas.
Eres una diosa. Te mereces ser feliz y volver a brillar. Yo lo tengo claro. Ahora solo falta que te lo creas tú.
Tengo libre la vacante de vicepresidenta del club. ¿Te animas?
Si quieres saber más, sigue leyendo. Abajo resuelvo todas tus dudas (o eso creo). Si aún así te queda alguna pregunta, escríbeme y lo hablamos.
¡Te espero dentro!
Descripción
Lo sé. Estás cansada de fantasear con la idea de cómo sería tu vida si te atrevieras, por fin, a dar el gran paso, y tienes unas ganas enormes de decirme que sí, que esta vez es la definitiva y que vas a por todas. Se acabó lo de intentarlo y recular ante la primera dificultad. Se acabó lo de daros una última oportunidad. Ya os habéis dado diecisiete mil últimas oportunidades.
Y entonces, si lo tienes tan claro ¿por qué te estás planteando comenzar un proceso de coaching junto a mí?
Te lo cuento yo. Atenta que voy. Si estás leyendo esto es probablemente porque has leído Felizmente divorciada o porque alguien que lo ha hecho te ha hablado de mí. Y me atrevería a decir que, si lo has leído, sientes que puedo ayudarte a tomar la decisión de divorciarte de una vez por todas y que juntas podemos lograr que transites esta etapa tan difícil con algo más de optimismo y con muchísimo menos drama.
Puede que en este momento creas que podrías hacerlo sola porque te acabas de venir arriba en un ataque brutal de empoderamiento. Estás crecidísima y piensas que ya no hay quien te pare… Pero en el fondo, fondo, sabes que esto es una montaña rusa y que es probable que mañana estés de bajada. Y tienes claro que, especialmente cuando estés ahí abajo y se te haya pasado el subidón de adrenalina, desearás sentirte escuchada, comprendida, apoyada y libre de todo juicio.
A ratos te asaltan las dudas (a muchos ratos y muchas dudas) y te encantaría que alguien que ya ha pasado por esto te haga sentir que vas a ser capaz de poner punto y final a ese matrimonio en el que ya no eres feliz y de volver a sonreír y a disfrutar de la vida.
Sientes que ya has sufrido bastante y que ahora toca terminar de llorar lo que aún no esté llorado, secarte las lágrimas y ponerte a bailar con la vida. Toca rebuscar en tu interior qué es lo que te apasiona, lo que te dibuja esa sonrisa que no te cabe en la boca y tirarte de cabeza a por ello.
Y eso está genial, amiga, pero no quieras correr. Tirarse de cabeza puede ser peligroso si no hay profundidad suficiente. Déjame acompañarte a llenar la piscina y, una vez que estés en zona segura y que hayas cogido la suficiente carrerilla, te soltaré la manita para que puedas hacer un majestuoso triple salto con tirabuzón, si es lo que te apetece, para llegar a la vida que te mereces como la GRAN MUJER que eres.
De acuerdo, Esther, me has convencido, pero ¿qué es exactamente eso del coaching?
El coaching es una disciplina maravillosa, que a mí me tiene enamorada perdida. Verás, te cuento. Se trata de un proceso totalmente personalizado y confidencial en el que la coach (o sea, yo) acompaña a la clienta (o sea, a ti) a lograr el objetivo que se proponga. Es decir, tú deseas un cambio en algún aspecto de tu vida y yo te acompaño a encontrar la manera de hacerlo realidad.
En mi caso, la mayoría de mis clientas están comenzando su proceso de divorcio o se encuentran justo en ese momento en el que quieren dar el paso, pero no ven la manera de hacerlo.
¿Te ahogas solo con pensar en aceptar la custodia compartida y en estar una semana sin ver a tus peques? Lo sé. Conozco esa sensación de angustia, el nudo en la garganta que luego se convierte en nudo en el estómago y que no te deja dormir, comer ni, a veces, respirar. Yo también lo viví. Lo viví y lo superé y ahora le estoy infinitamente agradecida a mi ex por no haberme dejado otra opción. He aprendido a verle el lado bueno a esta situación, tanto para mí como para las niñas, y ahora no la cambio por nada.
Este es, por poner un ejemplo, uno de los temas que más soléis traer a mis procesos de coaching, pero hay muchísimos más: la aceptación, la culpa, el rencor, o la falta de autoestima son otros de los más repetidos.
Entonces, Esther, que me quede claro ¿me vas a dar consejo sobre cómo afrontar todo esto que se me viene encima?
No, amiga. Siento decepcionarte, pero el coaching no es consejing. Yo te puedo contar cuál fue mi experiencia y qué es lo que a mí me sirvió, pero el coaching no va de eso. El coaching va de poner el foco en el lugar correcto para saber cuál es el mejor camino para ti, teniendo en cuenta tus creencias, tus valores y tu forma de ver y de vivir la vida. Y también va de aportarte las herramientas necesarias para poder mantenerte firme por ese camino sin coger el primer desvío que aparezca.
Piensa un poco: ¿qué sentido tendría que yo te dijera que la mejor opción es entrar en tu nueva vida con un triple salto con tirabuzón, si resulta que tú eres más de tumbarte a la bartola en una hamaca con un mojito en la mano? Efectivamente, ningún sentido.
Mi función en este proceso será la de hacerte preguntas y acompañarte en tus reflexiones hasta que seas tú quien encuentres tu respuesta, la que es válida y perfecta para ti, sencillamente porque es la tuya.
¡Entendido, Esther, ayúdame a llenar mi piscina!
Aún no lo tengo claro, Esther, cuéntame más. ¿Cómo se hace?
Trabajaremos en sesiones de aproximadamente una hora de duración. Si vives en Vitoria podrás elegir entre hacerlas de manera presencial en la oficina o hacerlas online, vía zoom. Si vives lejos, las haremos por zoom. No te podré dar yo misma los pañuelos para limpiarte las lágrimas, pero te animaré a que lo hagas por ti misma y sentirás mi apoyo y mi cariño a través de la pantalla. Te lo prometo.
En la primera sesión indagaremos en lo que hay dentro de ti hasta tener claro cuál sería un resultado excelente para ti al finalizar todo el proceso de coaching, cuál es el resultado que realmente anhelas, lo que deseas conseguir en lo más profundo de tu ser.
A partir de ahí, en las siguientes sesiones, iremos marcando los pasos necesarios para llegar a ese gran objetivo. Sentirás que pasito a pasito, o zancada a zancada, avanzas por el camino que tú misma estás diseñando y verás cómo ese lugar al que deseas llegar está cada vez más cerca. Con cada paso te sentirás más orgullosa de la mujer que ya eres y de la ENORME mujer en la que te estás convirtiendo. Y, a su vez, eso generará que tengas más confianza en ti misma y en tus posibilidades de éxito. Y es entonces cuando sucede la magia y todas las piezas del puzzle terminan de encajar.
¿Y cuántas sesiones son necesarias?
Eso depende muchísimo de la situación particular de cada clienta, pero lo más habitual en mi caso es que los procesos de coaching duren alrededor de seis sesiones. Por eso mi propuesta es contratar un pack de seis, que se podrá ir ajustando en función de tus necesidades.
¿Es obligatorio contratar el pack completo al principio?
Sí, es obligatorio y cuando te explique por qué, lo vas a entender y hasta me lo vas a agradecer.
Aunque no debería ser así, lo cierto es que a día de hoy el dinero es uno de los principales motivos que nos hacen cumplir con los compromisos adquiridos.
Estas sesiones distan bastante de parecerse a una sesión de risoterapia. Va a haber días que te vas a ir a casa jodida porque vamos a tratar temas difíciles que te van a dejar revuelta y, si no has pagado el proceso entero, es posible que tu cerebro, que es más listo que el aire, se monte una excusa grandiosa para que canceles la próxima sesión y te quedes en tu casa viendo Netflix, comiendo chocolate y llorando y lamentándote porque no eres lo suficientemente fuerte, valiente o constante para lograr tu objetivo.
Y eso no es lo que queremos. Ni tú, ni yo.
Tú no quieres que eso pase porque lo que más deseas del mundo en este momento es lograr ese objetivo, a pesar de las dificultades que te encuentres por el camino. Y porque no quieres bajo ningún concepto sentir esa derrota. Lo que quieres sentir es que eres una puta DIOSA invencible y que has sido capaz de hacer eso que hasta ahora te parecía imposible.
Y yo no quiero que eso pase porque para mí es superimportante que tú consigas tu objetivo. Yo confío en que lo vas a lograr y para ello necesito que tú también confíes en mí y me dejes hacer mi trabajo durante el tiempo que sea necesario, sin excusas y sin cancelaciones.
Te prometo que deseo con todas mis fuerzas que seas mi próximo caso de éxito. Y lo deseo por tu bien y por el mío.
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