
Confieso: desde septiembre he vivido varios momentos en los que se me ha pasado por la cabeza la idea de que mi vida era mucho más fácil en el confinamiento total, cuando no podíamos salir de casa más que para comprar harina y papel higiénico. ¿Alguien más del club o soy yo la única pirada?
Igual es cosa mía, pero es que os digo una cosa: yo para estar encerrada en casa sola o sola con las niñas me veía totalmente preparada. Era un rollo y un pelín desquiciante en ocasiones, pero poder, podía. Pero para lo de ahora, hay veces que simplemente no me veo capaz. Porque yo soy solo una y, por lo que sea, no puedo estar en tres sitios a la vez. Llamadme rara.
Seguir leyendo…